sábado, 4 de diciembre de 2010
Un fragmento del friso que Juan Carlos Mestre esculpió en Roma
...del vacío es la osamenta del delfín atraído por el aliento del diablo,
ágil imán el ángel que se personifica y el ángel que no se revela,
el que coincide con otro en su misma mirada y el que con otro se
encubre para satisfacer su fragmento.
Así de este modo la idea moral de la belleza es cada nariz y cada
boca, cada brazo y pierna hurtada al deterioro,
cada júbilo sin forma que semejante a otra forma arrebata un cincel
al bloque de mármol,
lo que atraído por la verdad a esta escena del mundo participa de la
materia de lo sagrado,
la estatua de lava salida de un hueco...
De La tumba de Keats (Hiperión, 1999)
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