lunes, 13 de diciembre de 2010

Si atiendes con convicción... escucharás el dulce acento bonaerense de los ángeles de Liliana Guaragno... (Insiste, insiste... No, así no... ¡Has de escuchar desde el corazón!... ¿Ves como ahora... sí?)


  

Las alas de los ángeles
se han desplegado
delicadamente
abandonan los podios
de mármol de la nave
y atraviesan sin pena
los macizos portales
iluminados
en cambio nos miran
y nos guían
donde el tiempo se detiene
delicadamente
y el huerto nos brinda
sus frutos perfumados
Más tarde, reclinados
agradecemos el dulce
palpitar, intenso y breve
que regó nuestros cuerpos
Y a ellos, solemnes en su yeso
sin sexo
se les ríen los labios

        (Del libro Final del día, Buenos Aires, 1993)


            

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