El ángel que no aguarda
con gesto cansino y leve peso
mirando al frente sin fijarse en nada
con andar pausado y perfil quieto
atraviesa frente a mí
esta que fuera
sin ninguna duda
alguna vez
hace un montón de tiempo
una auténtica puerta de hierro
tiene la espalda tan ancha como las caderas
(y en él esto es un canon de belleza)
la cintura es pequeña
y el cuello grueso luce un mechón de pelo oscuro
que lo parte en dos con expresivo gesto
con tan casual como simétrica ternura
un viento suave le gira la cabeza
y deja que entrevea su cara pequeña
de rasgos sin dolor
su expresión de trazo suave
sin aristas
(adolescente de una estirpe sin heridas
de una ciudad sin guerras
de un pueblo sin conflictos)
lo sigo a la distancia durante algunos metros
el tiempo y el espacio necesarios
para comprobar que va a su aire
aéreo
y pese a la pluma blanca que asoma de su mano izquierda
pese a la dulce mansedumbre de su soledad en espera
permito que los caminos se bifurquen
Cargo demasiado lastre para tanto vuelo.
(De "amorimás", 3ª ed. SyP ediciones, 2009)
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