viernes, 3 de diciembre de 2010

El hueco de los ángeles... de Carlos Zanón




LOS ÁNGELES SE HAN MARCHADO

                                
Doce del mediodía.
Los ángeles ya marcharon,
plegaron sus alas por hoy.
Aguardaron que llegaras
y luego marcharon.
De hecho fue él, el moribundo
quien esperó que llegaras a casa
-tú y todos los demás-
para cerrar la puerta e irse.

Tampoco ellos saben
si hay cielo o infierno
así que ¿para qué preguntar?
Hay que ir con cuidado:
ellos también pueden
ser fácil presa del desánimo.
Por eso se perfuman,
a la menor ocasión,
en el pañuelo de un niño
que hace ciudades y pirámides
sobre la misma arena
en la que se esconden
muertos y cangrejos,
el agua bendita que mana,
el mito del eterno retorno.

Doce del mediodía.
La eternidad es un mensaje
enviado a lo más lejos.
No olvides nada, no trates de recordar.
Los muertos sólo son aquellos
que no van acudir
a las próximas mil citas.
Nada más ni nada menos que eso.




             De Tictac tictac (Ed. Carena, 2010)

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