I
En las alturas la levedad del cuerpo
La casa hecha de aire cimentada por alas
para no encadenar la alegría
de vivir en lo fugaz el continuo fluir
las resonancias de la vida alada
Un grupo de vencejos ha traspasado
la limpidez del cielo
Humildes aves malabaristas
siempre en ascenso
¿Por qué ese vuelo ese alejarse
de lo de abajo de lo terreno?
¿Quién les advierte
de ese otro vértigo
de ángel caído?
II
Construir hacia dentro un vacío
que albergue lo frágil
Crear la oscuridad de algún abismo
en el blanco papel protector y habitable
para engendrar
El ave carpintera canta y labora
Igual que la poeta dota a su casa
de plenitud y de oquedad
Con sus labios ahondan redondean
liman paredes y palabras sin descanso
Y su canto es un eco
de aquella caverna del fondo del tiempo
que se alza
anunciando esponsales
hogar provisional poemas
que un día dejarán en herencia
a otras aves atentas oidoras
del lenguaje de su ritual
Goya Gutiérrez
Del libro “Hacia lo abierto” (en prensa 2011)
Dibujo: Federico Gallego Ripoll
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