lunes, 27 de junio de 2011

Ángela Vallvey: Los recursos que derivan de la observación

(Donde el límite del canto excede al horizonte, demostrando que es cosa del octavo día la voz de los poetas)







LOS RECURSOS QUE DERIVAN
 DE LA OBSERVACIÓN


Despierto igual que un ángel
que le canta al ocaso
con labios enmohecidos
por su silvestre soledad.

Regalo de esos ángeles
que pasean a caballo
por las constelaciones,
vago entre el invierno y
devoro mil dulzuras
que dejan de existir si sopla el viento,
que irrumpen lentamente en medio de la vida
y extravían, al tocarla,
la luz negra del mundo.

—Esquirlas de cielo tibio
hacen burla en la risa
de nuestra Luna quieta—.

—A través de los aires,
la barca cristalina de una estrella
desnuda las ramas de plata
del anochecer—.

                   Ángela Vallvey
                        Dibujo: Federico Gallego Ripoll

domingo, 12 de junio de 2011

Antonia Cerrato Martín-Romo: Te envío un ángel

(En donde se demuestra que la fe no mueve solo montañas, sino también ángeles amigos.)


TE ENVÍO UN ÁNGEL

Parece que asoma la tormenta.
El sol se ha desplomado
 con toda su gallardía
y amenaza con devastar desde Rusia
hasta las orillas del Sena,
hasta la ribera del Guadiana:
todos tememos que el sofoco nos ahogue,
como la impiedad de los niños.
Por eso te envío unos ángeles
para que desbrocen la indiferencia,
y al resto de los guerreros
para que tu ánimo no sucumba.

Si te  acosa el desengaño,
confía en el brazo poderoso
que de amor
ha forjado tu singular escudo;
aguarda segura bajo sus alas
y tuya será la victoria.

Porque hay nube, y agua, y viento…
  y un invierno que se antoja imposible
a estas alturas de agosto.

Así,
si tienes fe,
el sol recogerá velas
y decidirá
                  reportarse.



Antonia Cerrato Martín-Romo
Dibujo: Federico Gallego Ripoll

Júlia Bel: (Aletea la luz)


(De donde se deduce que sutil es el parpadeo de las cosas cuando nadie las mira.) 







aletea la luz
y asoma un ángel
y mi piel se estremece
con su dulce temblor

aletea la luz
y vuela el ángel
ante mí desaparece
pero no su fulgor

aletea la luz

y aletea mi voz…






                            júlia bel
                             Dibujo: Federico Gallego Ripoll

Francisco Caro: Peso

(Donde viene el poeta a recordarnos que tal vez seamos nosotros: nuestra duda, nuestro miedo, nuestra esperanza... la sangre de los ángeles.)




Peso


El ángel no está solo.

Alguien bebe
de su vientre de cera
los gemidos augures,
y ensaliva la gruta del lenguaje

alguien
quema las rutas
de su conciencia,
su música, los himnos.

Por las venas le asciende
una extraña y caliente voluntad:
licor en donde pugna
un ansia encarcelada.

Tal vez si la memoria,
ese enjambre de abejas afiladas,
cediera en su vigilia,
en su custodia, él de nuevo pudiera
alzarse solitario, poderoso, lentísimo,
libre, del suelo y de su instante

mas entiende que ahora
le adensa y le separa
del vuelo todavía.

El ángel no está solo,
yo sé que no está solo.

                   Francisco Caro
                        Dibujo:  Federico Gallego Ripoll