A veces los ángeles se disfrazan de haiku. Ambrosio Gallego los descubre, los toma... y los escribe.
El agua rompe
sobre una poza umbría.
Desaparece.
Pero, ¿y el ruido
en goloso bocado?
¿Es que no invita?
La luz del claustro,
llena de timideces,
amansa ojos.
Los limoneros,
raptados por la fuente,
piden oídos.
Ambrosio Gallego
(Del libro Con breves ojos, VII Premio César Simón 2010)
Dibujo: Federico Gallego Ripoll
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