Ángeles del azar, humanos dioses, en el verso rotundo de José Luis Morales las palabras son descendidas de la cruz como cristos exhaustos. Brillarán cuando suene el zohar del tercer día.
DIÁLOGOS APÓCRIFOS I
Somos barro y aliento acorralados
por la sola certeza de la muerte.
Arboles sin talar, hasta que acierte
el leñador con ellos, y talados
nos puedan convertir en cruz. Soldados
de un batallón con el que Dios divierte
su hastío y su cansancio. (Mala suerte:
el mundo quedó mal. Tira los dados,
Hijo, a ver si esta vez salen mejores
y no te crucifican. Padre, fuiste
tú quien tiró. ¿Seguro?) Esta batalla
no hay quien la gane. Suenan los tambores
de nuevo a muerte. (Padre, me mentiste:
la cruz fue cosa tuya. Juega y calla.)
José Luis Morales
Dibujo: Federico Gallego Ripoll
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