El poeta retoma de la infancia el roce de la luz, la presencia cercana de un misterio.
EL REGRESO DEL ÁNGEL
De la infancia regresa,
junto al aroma denso
de las flores de mayo
en aquella capilla,
toda luz, del colegio;
junto al sopor que allí
respirabas de noche
al asistir de niño
a la Misa del Gallo,
una presencia dulce,
inasible, sin duda,
pero también cercana:
la de un ángel.
Entonces,
sí existía. Era un bálsamo
donde el miedo enfrentaba
sus temibles fantasmas
con la rara potencia
que un ser, ya temeroso,
recibía aliviado.
En la sombra, invisible,
pendiente, a tus espaldas,
el ángel defendía
tu frágil existencia.
Ya quisieras que ahora,
con los miedos intactos,
ante la vida, inerme,
aquel ángel volviera
y, como héroe de cómic,
te infundiera el valor
que a menudo te falta.
Rememoras, evocas,
y por fin ratificas que,
al menos un momento,
su regreso fue un hecho.
Álvaro Valverde
Dibujo: Federico Gallego Ripoll
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