martes, 18 de enero de 2011

José Luis García Herrera nos recuerda que los ángeles -sobre todo los que nos hicieron volar con su música- no mueren.

           


             ANGEL JOHN


                                      Imagine all the people
                                      living life in peace.
                                                  John Lennon


Las calles mojadas ruedan muy deprisa
bajo los pies sin peso, bajo la mirada taciturna
del joven músico que regresa
como una bocanada de aire fresco, como la risa
que despierta la luz de las tabernas.
Llueve en Liverpool. Un ángel underground
arroja panfletos de protesta, grita
con las cuerdas tensas y deshechas,
con esa voz que jamás podré olvidar,
que tiembla en nuestra sangre como un himno,
que eleva la fe de nuestro espíritu.

Llueve en la gran ciudad, en los lejanos suburbios,
en los teatrillos de paredes descarnadas,
en cada habitación de hotel, en todas las regiones
donde la guerra es un pacto de diablos
y la vida una recompensa para cruzar la noche.
A todas las trincheras llegará esa voz,
a través de una canción desgarrada
que rescata el alma de los héroes proletarios;
o del sonido agudo de un megáfono
que, por encima del fuego de las armas, exige
que le demos otra oportunidad a la paz.
Odio el sabor de la pólvora y odio
el silbido de la muerte que hace del hombre
una silueta muda bajo un marco de cristal;
que lo hace leyenda de flores secas y de musgo
en el sórdido callejón de los inviernos.

Llueve en la ciudad del adiós. Un joven músico
-con una gafas redondas y una boina verde-
me habla con la sinceridad del vino,
me tiende una mano abierta a la esperanza
y me asegura, con lágrimas de plata,
que Angel John no ha muerto.


                          (de Los caballos de la mar no tienen alas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario