viernes, 25 de febrero de 2011

María Teresa Bravo con su poema, y Alejandro Gómez con su imagen, nos convocan a la esperanza. Sentémonos tranquilos: antes o después, junto al pozo del Monasterio de Santes Creus, veremos cruzar ángeles.



HORA PRIMA 



He arañado tu nombre en la piel de los cipreses

y han sangrado savia de mil años .



Suéñame en la umbría cerúlea

de las palmeras de alabastro,

muy cerca del naranjo que mece,

indistinto, azahares y gorriones;

al borde de la fuente por donde la Eternidad

gotea en humilde burbujeo.



Guárdame en esta mágica redoma de luz zafiral,

para que la cicatriz del tiempo no pueda

mutarme los labios de dulcísima espera .



                                                     María Teresa Bravo


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