(Unos ángeles de Luis Alberto Ambroggio... capaces de vibrar más allá de sus alas.)
LOS ANGELES CASADOS
Dios dijo:
“intercambien los anillos”
y desde entonces vistieron
en sus manos níveas
rejas, recuerdos, rosario
ríos enredados
de impulsos y lágrimas.
Aros de oro
en sus dedos blancos,
cárceles exquisitas
en sus ojos los años;
en los años la esfera
absoluto milagro.
A la eternidad llevan
círculos que irradian
el misterio gracioso
de un voto lejano
y promesas cerradas.
Dios por fin les dijo
que se den un beso,
y con pasión de barro,
dejaron de ser ángeles.
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