(Este ángel melancólico evoca un tiempo en el que el mundo y sus medidas estaban hechos a la medida del mundo de los hombres.)
YESTERDAY
Del celemín al nanosegundo:
España se incorpora defini-
tivamente al sistema de pe-
sas y medidas europeas.
EL PAIS
Había algo poético en el metro
allá en París
en su barrita de platino iridiado
y también algo triste,
pues se sabía
que el frío la encogía, muy poquito,
y el calor la estiraba.
Eran tiempos mejores,
cuando la primavera hacía variar
algo tan perfecto,
digamos que era también alegre.
Y un día nos anuncian
que la diezmillonésima parte
del cuadrante
del meridiano terrestre se ha perdido.
No ha encogido definitivamente hasta ser
nada,
no se ha alargado hasta no poder ser medido,
ni se ha evaporado
y el meridiano, es un consuelo,
aún sigue siendo el mismo,
sólo que todo cambia y que ahora ya sabemos
que la longitud de onda en el vacío
de la radiación óptica de un átomo
de kriptón 86
que no esté perturbado
también se llama metro y es más metro,
es decir, más perfecto,
y que no duerme en París,
esas cosas no duermen.
Lo último que sabemos es que,
aunque un metro aún sigue siendo un metro,
ahora se define como la longitud del trayecto
que recorre la luz durante el tiempo
exacto de 1/299.792.458 de segundo
y que es muy triste,
más triste que aquella vieja barra de
platino,
más triste que todos los otoños de París
y que todos los metros del mundo.
Luis Fernández Zaurín
Dibujo: Federico Gallego Ripoll
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